He querido dedicar uno de los primeros espacios de mi Blog a un tema que, a lo largo de mi carrera profesional y sobre todo, después de experimentar la maternidad, considero básico: estar formado en Primeros Auxilios Pediátricos. Realmente, los padres y madres no somos del todo conscientes de la importancia de saber actuar correctamente en situaciones de riesgo que pueden incluso hacer peligrar la vida de lo que más queremos que son nuestros hijos (bebés y/o niños), cuando somos los máximos responsables de ofrecerles seguridad.
Según un informe hecho por la OMS (Organización Mundial de la Salud) junto con UNICEF, más de la mitad de accidentes que sufren los niños menores de 5 años (exactamente el 54%) ocurren en casa. Este tipo de accidentes se ha convertido, de hecho, en la primera causa de muerte infantil en países desarrollados. Además, diversos estudios afirman que casi el 50% de los niños accidentados sufren algún tipo de secuela teniendo, incluso, que ser hospitalizados. Más de la mitad de estos accidentes son caídas; el resto corresponde a quemaduras, heridas, o asfixias. Y es que nuestro hogar está plagado de enchufes, repisas, mesas de cristal, productos de limpieza, medicamentos y un largo etcétera que lo convierten en un espacio propicio para los accidentes. De hecho, es un 30% más probable que un pequeño tenga un percance en este contexto que en la vía pública.
Asimismo, no podemos olvidar que los primeros auxilios pediátricos no son iguales que en adultos. Hay que tener en cuenta que las situaciones de emergencia que puedan darse en bebés o niños y la forma de actuar, tienen connotaciones distintas a las que se plantean únicamente en adultos. Es más, incluso si estamos ante un lactante variarán respecto a un no lactante.
Así, por ejemplo, las medidas a aplicar en una reanimación cardiopulmonar básica (RCP) o las actuaciones ante la obstrucción de la vía aérea por un cuerpo extraño, son diferentes a las aplicadas en un adulto y además también variarán según la edad del niño.
Por otro lado, existen situaciones concretas que afectan a los niños, en las que saber identificar, interpretar y actuar con rapidez es de vital importancia como por ejemplo:
- Alergias e intolerancias alimentarias.
- Intoxicaciones y envenenamientos.
- Síndromes febriles.
- Mordeduras o picaduras.
- Ahogamientos.
- Traumatismos.
Algunos consejos que te daría para tener en cuenta:
- Aprende las técnicas de reanimación cardiopulmonar (RCP) y la maniobra de Heimlich adecuada para cada edad.
- Ten los siguientes números cerca del teléfono o en algún lugar visible y localizable (para su uso y el de otras personas que cuiden de su hijo):
- teléfono del centro de toxicología: 91 562 04 20 (para Comunidad de Madrid).
- teléfono de emergencias: 112
- teléfono del centro de salud más cercano u hospital:
- teléfonos del lugar donde trabajan los padres, así como el de sus móviles
- teléfonos de un vecino o de un pariente cercano (por si necesitara que otras personas cuidaran de sus otros hijos en caso de emergencia):
- Dispón de un botiquín de primeros auxilios y guarda las instrucciones sobre cómo actuar en caso de emergencia en su interior.
Por último, si quieres saber cómo actuar correctamente ante una emergencia, te ayudaré a formarte y prepararte en mi taller de Primeros Auxilios Pediátricos. El objetivo del curso será darte los conocimientos necesarios para ofrecer una ayuda eficaz en diferentes situaciones de emergencia y proporcionarte las herramientas necesarias para afrontar los primeros minutos con seguridad.
Este taller está dirigido no solo a padres y madres, sino a cualquier persona que se encuentre en contacto con menores (familiares, cuidadores, educadores, profesores, monitores, etc.) y quiera obtener, ampliar o recordar conocimientos sobre un tema tan importante como la seguridad de bebés y niños.
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